Se suele decir que el desafío, el progreso, el sentido de autonomía y de pertenencia son todos atributos que hacen que un trabajo sea más gratificante.
No resulta una sorpresa, entonces, que Tammy Metcalfe, nuestra Coordinadora de Cereales en el Acopio de Granos de Rathwell, en Canadá, sienta que está en el trabajo correcto.
“Me encanta el desafío al que me enfrento cada día y puedo decir, con honestidad, que mis compañeros de trabajo son como una familia para mí”, nos cuenta Tammy en una entrevista.
La planta de Louis Dreyfus Company en la que trabaja, coloca productos en el elevador, incluyendo trigo, colza y soja. Luego los prepara y los transporta al consumidor final, principalmente por tren.
Sus principales responsabilidades son comprar los cereales y asegurarse de que los productos atraviesen la planta en forma puntual para satisfacer los requerimientos de los clientes.
Tammy no recibió ninguna capacitación formal en agricultura luego de concluir sus estudios secundarios, pero tuvo la oportunidad de entrenarse a lo largo de su trabajo. No obstante, toda su vida parece haber sido una preparación para este puesto, que ella describe como “el lugar perfecto” para ella.
Nacida y criada en una granja, toda la familia de Tammy participó en la agricultura.
“Teníamos tierra y ganado, y mis días giraban en torno a la alimentación de las vacas y las gallinas, juntando huevos y trabajando en el granero”, cuenta.
¿Hay alguna conexión entre tu crianza y tu trabajo actual?
“Mucha”, responde sin dudar. “Este rol realmente es una continuación de todo lo que aprendí cuando era niña. Lo que aprendí en la granja de mi familia a medida que fui creciendo me ha conducido hasta donde me encuentro hoy”.
El campo de los sueños
Tammy escuchó por primera vez acerca de Louis Dreyfus Company por su suegro, quien estaba ayudando a establecer la compañía en Rathwell. Unos días más tarde, tuvo una entrevista para una posición administrativa.
“Veinte años más tarde, soy Coordinadora de Cereales”. Tammy aún recuerda sus primeros días en la compañía. “Tenía un sentido de pertenencia y un constante apoyo que aún existen hoy”.
A pesar de su carrera en una compañía global, Tammy jamás perdió de vista la importancia de su familia y su comunidad. Participa activamente en actividades locales y trabajos voluntarios mientras se las ingenia para dirigir su propio negocio familiar.
Uno de sus mayores proyectos de voluntariado financiado por LDC, el Campo de los Sueños, ya ha aportado un total de U$S 120.000 a diferentes organizaciones en las que se incluyen departamentos de bomberos, una clínica médica, un parque infantil y una piscina.
A través del proyecto, LDC donó el uso de 70 acres de tierra. Con la ayuda de un vendedor local, que proveyó fertilizantes, equipos y mano de obra, LDC cubrió la mayor parte de los costos para cultivar la tierra y donó las ganancias de los cultivos vendidos a organizaciones benéficas y organizaciones sin fines de lucro.
Con Tammy a la cabeza, el proyecto hizo realidad los sueños de las comunidades cercanas.
“Me gusta mucho ver prosperar a nuestra comunidad y los cambios positivos que tienen lugar durante el voluntariado”, afirma. Esta comunidad es mi vida y pertenezco a ella”.
Y como ha sido parte de la planta de LDC en Rathwell desde el principio, ciertamente tiene también un sentimiento de progreso y pertenencia a su trabajo.
“Fui la primera colaboradora contratada por LDC para los elevadores del país. Bastante impresionante mirándolo ahora hacia atrás”.