Entrevista con Benoît David-Bellouard, Head Global de Tesorería y Finanzas Corporativas
En 2019, LDC vinculó una porción significativa de su nueva financiación al desempeño medioambiental, mediante mecanismos de fijación de precios ligados a la sustentabilidad incorporados a varias Líneas de Crédito Renovables regionales sindicadas (LCR).
¿Cómo funciona este mecanismo? ¿De qué otra manera las finanzas verdes están ayudando a impulsar cambios positivos?
Hablamos con Benoît David-Bellouard, nuestro Head Global de Tesorería y Finanzas Corporativas, para averiguarlo.
Cuéntanos más sobre este incentivo de tasas de interés asociadas a la sustentabilidad. ¿Cómo encuadra con los compromisos de sustentabilidad más amplios de LDC y cómo funciona en términos prácticos?
Para empresas agrícolas como la nuestra, que trabajan con cadenas de alimentos de consumo humano y animal para acortar la brecha entre la oferta y la demanda, es importante cumplir nuestro rol principal de ayudar a alimentar a la creciente población mundial con el mínimo impacto en el medioambiente. Es por eso que en 2018 nos fijamos objetivos ambiciosos de reducir nuestro impacto medioambiental en un 5% a lo largo de un período de cinco años, midiendo esto en relación a cuatro indicadores de desempeño claves (KPI): las emisiones de CO2, el consumo de electricidad, el empleo de agua y el volumen de desperdicios sólidos enviado al vertedero.
El incentivo de las tasas de interés que ahora es parte de las LCR de la compañía crea una conexión directa entre nuestro desempeño en relación a estos objetivos y el costo de financiar nuestras operaciones, de tal manera que cuanto mejor es nuestro desempeño respecto de las metas medioambientales, menor es el costo de financiación.
Es importante destacar que la característica de este incentivo es equilibrada en términos de impacto, ya sea con reducciones de tasas de interés cuando el desempeño de la compañía alcanza sus objetivos de disminución de los KPI o con aumentos de tasas de interés cuando LDC tiene un desempeño por debajo de esos objetivos.
Esto nos brinda -a nosotros y a otras compañías que adoptan este tipo de mecanismo de financiación- un incentivo aún mayor para tener resultados exitosos en nuestro esfuerzo por reducir los impactos ecológicos.
En 2019, LDC superó sus metas de reducción interanual en los cuatro KPI medioambientales. ¿Ves una tendencia similar en la industria?
En primer lugar, es importante aclarar que nuestro perfil de activo y sector operativo son diferentes a los de otras empresas agrícolas líderes. Cada compañía fijará metas de reducción en base a lo que es razonable y factible en relación a su impacto operativo, por lo que las comparaciones directas no son necesariamente relevantes.
Dicho esto, puede afirmarse ciertamente que la industria en general está respondiendo al mayor escrutinio y más altas expectativas en relación a la responsabilidad corporativa para la preservación medioambiental, incluso de la comunidad financiera, que espera que las compañías que financian demuestren un esfuerzo en este sentido. Por eso, no resulta una sorpresa que los principales actores agrícolas hayan comenzado a adoptar mecanismos de financiación asociados a la sustentabilidad desde 2018.
¿De qué manera se mide el desempeño respecto de los indicadores de desempeño medioambiental? ¿Existe alguna verificación/auditoria externa? ¿Cómo se comunican los resultados a las instituciones financieras?
El desempeño se mide anualmente para cada uno de los cuatro KPI, siendo cada medida evaluada en función de los niveles de referencia de la compañía para 2018. Los resultados anuales son totalizados en los 25 activos principales de LDC, los cuales representan más del 80% del impacto de emisiones globales para la compañía, y estas cifras son verificadas y certificadas por una empresa de auditoria externa.
Nuestro muy positivo desempeño general en 2019, comparado con el año anterior, tiene que ver con una serie de factores, entre los que se incluye las tasas de extrapolación de resultados financieros (run rate) y la producción de la planta, la calidad de las materias primas y una mayor proporción de activos logísticos más modernos, que por definición tienen un menor impacto ecológico. Asimismo, aprovechamos una oportunidad única para mejorar en forma drástica la cantidad de residuos sólidos que son enviados al vertedero en una de nuestras plantas.
Cada año, LDC entrega una carta de certificación a sus bancos, que incluye una descripción detallada del rendimiento de los KPI por cada activo al igual que el certificado de la auditoría. Los ajustes de tasas de interés son luego fijados de acuerdo a un cuadro de precios incluido en las LCR, y la nueva tasa aplica hasta la nueva evaluación anual.
Un artículo reciente de Forbes[1] arrojó que “existen sólidas pruebas que sugieren que las compañías que aplican una estrategia de “nos va bien haciendo bien” están mejor preparadas para afrontar condiciones adversas y representan un menor riesgo de inversión”. ¿Qué piensas de esta declaración?
Estoy convencido de que una compañía que no demuestra esfuerzo por reducir su impacto en el medioambiente tendrá cada vez más dificultades para acceder a los mercados financieros en los próximos cinco años. En este sentido, se está volviendo cada vez más vital para las compañías no sólo adoptar políticas de sustentabilidad e implementar prácticas comerciales acordes, sino también vincular las finanzas a metas de sustentabilidad.
Una razón más para que LDC se mantenga firme del lado de las compañías “verdes” que pueden demostrar de una manera tangible sus compromisos medioambientales, y un deseo de ser responsables y transparentes.
Las
compañías líderes mundiales tienen la madurez para comprender que existe una
necesaria interdependencia entre operar de manera sustentable y proteger las
fuentes de financiación con los intereses medioambientales en juego y la
preservación de los recursos del planeta. Y también, por lo tanto, un deber de
tomar la iniciativa en esta área.
¿Fijará LDC nuevas metas para mejorar aún más su desempeño luego de 2022? ¿Existe algún plan para conectar aún más la financiación con las prácticas comerciales sustentables?
Sí. Nuestra meta a corto plazo es aplicar una fijación de precios vinculada a la sustentabilidad en todas nuestras LCR sindicadas regionales a medida que sean renovadas, lo que tomará otros dos años.
Luego de eso, mientras nos desafiamos a nosotros mismos a hacer más y mejor en términos de desempeño medioambiental, buscaremos también añadir más KPI a la lista de parámetros en relación a los cuales somos evaluados, ampliando el alcance a otros indicadores de desempeño en sustentabilidad, por ejemplo, los procesos de gobernanza, impactos sociales y comunitarios, etc.
La emisión de bonos verdes ha aumentado rápidamente en los últimos años, subiendo a US$262 mil millones en todo el mundo en 2019, según datos de S&P Global. Si los bonos verdes permiten a los usuarios aumentar capital e invertir en proyectos con beneficios medioambientales, ¿aplicaría eso también a LDC? ¿Por qué o por qué no?
Inicialmente, los bonos verdes permiten al usuario invertir el producido del bono en proyectos ecológicos mayores. Por ejemplo, un proyecto para reacondicionar en forma completa una planta de procesamiento para volverla menos contaminante.
LDC no se encuentra aún en condiciones de presentar un proyecto tan grande, pero estamos siguiendo con mucho interés el mercado de bonos verdes para evaluar el momento justo para aprovechar esa oportunidad.
El mercado de los bonos verdes está evolucionando ahora hacia el mercado de los préstamos. Hoy vemos emisiones de bonos que vinculan KPI de gobernanza corporativa, social y medioambiental con la tasa de interés de los bonos.
Vemos nuestras LCR vinculadas a la sustentabilidad como un primer paso hacia la integración de un conjunto mayor de herramientas financieras ecológicas, con KPI más amplios que vayan más allá de los impactos medioambientales para adoptar otras áreas que consideramos igualmente centrales para un negocio sustentable.