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Capacitación, inclusión financiera y empoderamiento para una vida mejor

December 12, 2019

Más conocida por sus tradiciones místicas, desiertos dramáticos, selvas y montañas iridiscentes que se elevan por encima de los 5000 metros, la provincia de Jujuy también es una de las más pobres de Argentina.

Cada año, los agricultores locales preparan platos festivos y los entierran en los campos como ofrendas a la Pachamama, la Diosa Andina de la Madre Tierra, esperando que ella los recompense con mejores cosechas y suelos fértiles.

Sin embargo, a muchos pueblos indígenas la región les cuesta alimentar a sus familias, y el cambio climático, las sequías frecuentes y la pobreza extrema obligan a muchas personas a emigrar.

Y asimismo, a pesar del enorme progreso en la lucha contra la pobreza extrema a nivel global, el mundo todavía tiene dificultades para alimentar a su creciente población, y el hambre vuelve a aumentar, especialmente en las comunidades rurales.

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En mayo del 2017, LDC y la Fundación Louis Dreyfus lanzaron un proyecto para mejorar los medios de vida de 339 agricultores y sus familias en 12 comunidades de la provincia de Jujuy, mediante la instalación de sistemas innovadores de recolección de agua y la capacitación para usarlos, así como un sistema de microcrédito.

Casi todos los agricultores pertenecían a pueblos indígenas con escaso acceso al agua y bajos ingresos, que producían (pero a los que les costaba comercializar) patatas andinas, habas, maíz, tubérculos y quínoa.

Implementado entre mayo del 2017 y febrero del 2019, el proyecto tenía como objetivo mejorar los ingresos de los agricultores a través del acceso facilitado al agua, aumentar su productividad y apoyar el comercio de sus productos, incluso con los turistas.

Al final del proyecto, casi 1438 personas se habían beneficiado directamente de sus acciones, incluidas las familias de 117 ganaderos y otras 222 personas que recibieron pequeños préstamos.

IMPACTOS CLAVE

Las subvenciones del microcrédito crearon oportunidades en los sectores agroecológico, artesanal y turístico, especialmente para las mujeres. El proyecto distribuyó 95 microcréditos en la región de la Puna que apoyaron a productores de lana de llama en 6 comunidades, y 185 microcréditos en la región de Quebrada, principalmente para pequeños agricultores. Después de que se pagaran los préstamos (todos excepto en 3 casos, en los que se solicitó una extensión), los fondos se prestaron a otros agricultores.

El proyecto también facilitó el acceso al agua, a través de sistemas de recolección y de irrigación mediante pequeños tanques y tuberías. Esto ayudó a aumentar la producción agrícola, tanto para el consumo humano como animal, lo que permitió a los hogares ser más autosuficientes y aumentó sus ingresos. Como resultado del proyecto, se implementaron 42 instalaciones de agua nuevas y mejoradas.

«La pobreza es un fenómeno complejo y no siempre se puede atribuir a un solo factor», comentó Luis Zubizarreta, Director de Relaciones Institucionales para Latinoamérica Sur y Oeste en LDC. «En este caso, trabajamos con las comunidades locales para comprender sus necesidades y luego diseñamos el proyecto en consecuencia», agregó.

Al mejorar el acceso al agua a través de capacitación y nuevos equipos, el proyecto apoyó una agricultura más sustentable tanto para los cultivos de subsistencia como para el ganado, como las llamas, lo que también impulsó el comercio de lana de llama.

Los pequeños préstamos también ayudaron a los agricultores a aumentar su producción y reforzar sus vínculos con el turismo local.

«Con proyectos conjuntos como este, tanto la Fundación como LDC demuestran su compromiso compartido de apoyar a las comunidades rurales remotas en todo el mundo», destacó Zubizarreta. «Estamos comprometidos a construir un futuro sustentable, y nos enorgullece haber contribuido con esto en la región de Jujuy».

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