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La planta de LDC de General Lagos celebra un cuarto de siglo

October 9, 2018

Acostumbrada a almacenar y transportar cereales, producir aceite, harina y biodiesel de soja, la planta de General Lagos de LDC fue construida hace 25 años. Desde entonces, el establecimiento ubicado en la provincia de Santa Fe, Argentina, donde se encuentran los ríos Paraná y Salado, se ha convertido en la fábrica de producción de biodiesel de soja más grande del mundo. Y es uno de los puertos privados más importantes del país.

LDC opera en Argentina desde el siglo XIX. Desde entonces, la compañía ha originado en ese país toneladas de productos agroindustriales, que son procesados y transportados a distintos destinos.

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La obra de construcción de General Lagos comenzó en noviembre de 1989. Mientras construían la planta de molienda en la provincia de Santa Fe, el equipo decidió instalar un puerto en el río Paraná cerca de allí.

“Comenzamos diseñando los planos y modelos necesarios, luego a mediados de los años 90 comenzamos a construir los caminos, nivelar el suelo, instalar las celdas de almacenamiento y una línea de producción de aceite, al igual que edificar el puerto”, explica Diego Casanova, quien comenzó como director de Calidad y Movimiento en el proyecto y hoy es gerente regional de Logística de LDC.

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Una vez iniciadas las obras de construcción, el equipo industrial de Buenos Aires se trasladó a Rosario para terminar el montaje.

Respeto y trabajo arduo

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En marzo de 1992, LDC inauguró el puerto y, un mes más tarde, llegó el primer cargamento.

Gerardo Franke, quien en 1991 se desempeñaba como Supervisor de Producción y hoy es gerente regional de Industria, recuerda la constante necesidad de planificar con anticipación y continuar creciendo: “Los años pasaron tan rápido. Siempre había movimiento. El complejo tenía vida propia y desde el principio hubo una energía particular aquí”.

Marisa Bozzo, asistente de Recursos Humanos, quien se incorporó en 1992, recuerda cómo era ser la única mujer en el equipo.
“En aquella época, éramos alrededor de 80 personas y yo era la única mujer. Fue un desafío, pero siempre sentí mucho respeto y fue fácil integrarme al equipo”, cuenta.

“Yo era recepcionista y teníamos sólo tres líneas telefónicas en el piso. La comunicación se hacía por radio. También utilizábamos un telégrafo y una máquina de escribir”, recuerda.

Principales reformas y crecimiento constante

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Al igual que con otras operaciones de LDC en Argentina, la planta no ha dejado de crecer desde su inicio. Importantes reformas en 1996 y 1997 incluyeron la construcción de nuevos depósitos para almacenar los cereales y harina y pellets de soja, nuevas instalaciones para descargar camiones y una segunda línea de producción.

Con una capacidad de producción anual de 600.000 toneladas, se convirtió en la mayor planta de procesamiento de biodiesel a base de soja del mundo.

Y siendo LDC Argentina una de las compañías más grandes del país, General Lagos pasó a ser el segundo puerto privado de mayor envergadura, donde más de cinco millones de toneladas de productos y subproductos son transportados anualmente.

Los barcos que ingresan y dejan el puerto hoy llevan banderas de lugares remotos como Egipto, Indonesia, Sudáfrica, Estados Unidos y Bélgica. La planta se encuentra con más actividad que nunca.

“Cargar cereales a uno de esos buques de 40.000 toneladas toma aproximadamente 24 horas. Cargar harina de soja podría llevar un poco más de tiempo”, explica Daniel Cecchini, director del puerto y colaborador de General Lagos desde hace 25 años.

Pero en el equipo saben cuidarse unos a otros: “Ver la actividad crecer nos ha traído una enorme satisfacción”, dice Gerardo. “Aunque lo más importante para nosotros es nuestra gente”.

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